
pena. (Del lat. poena). Cuidado, aflicción o sentimiento interior grande.
tristeza. (Del lat. tristitĭa). f. Cualidad de triste.
triste. (Del lat. tristis). 1. adj. Afligido, apesadumbrado. 2. adj. De carácter o genio melancólico. 3. adj. Que denota pesadumbre o melancolía. Cara triste.
melancolía. (Del lat. melancholĭa, y este del gr. μελαγχολία, bilis negra). 1. f. Tristeza vaga, profunda, sosegada y permanente, nacida de causas físicas o morales, que hace que no encuentre quien la padece gusto ni diversión en nada.
pesadumbre. 4. f. Molestia, desazón, padecimiento físico o moral.
desazón. 1. f. Malestar físico vago. 3. f. Disgusto, pesadumbre, inquietud interior.
De acuerdo a esto, parece ser que la pena, por profunda que esta sea, es un estado pasajero, reactivo a una situación determinada. La tristeza, en cambio, es un sentimiento vago y permanente, que queda muy bellamente descrito en la definición que da la RAE a la palabra melancolía: una desazón vaga, profunda, sosegada y permanente, que hace que no se encuentre gusto ni diversión en nada.
A esta tristeza, invitado invasivo y non grato en nuestras vidas, intentó espantar Don Pablo en una combativa y feroz oda que si bien el llamó “a la tristeza”, rigurosamente es “contra la tristeza”. Bajo la primavera de un manzano, hago mi promesa de combate y me uno a la consigna de guerra del poeta: ¡Vade retro tristeza! ¡Aléjate melancolía! ¡pesadumbre, go home!
Oda a la tristeza
Pablo Neruda
tristeza. (Del lat. tristitĭa). f. Cualidad de triste.
triste. (Del lat. tristis). 1. adj. Afligido, apesadumbrado. 2. adj. De carácter o genio melancólico. 3. adj. Que denota pesadumbre o melancolía. Cara triste.
melancolía. (Del lat. melancholĭa, y este del gr. μελαγχολία, bilis negra). 1. f. Tristeza vaga, profunda, sosegada y permanente, nacida de causas físicas o morales, que hace que no encuentre quien la padece gusto ni diversión en nada.
pesadumbre. 4. f. Molestia, desazón, padecimiento físico o moral.
desazón. 1. f. Malestar físico vago. 3. f. Disgusto, pesadumbre, inquietud interior.
De acuerdo a esto, parece ser que la pena, por profunda que esta sea, es un estado pasajero, reactivo a una situación determinada. La tristeza, en cambio, es un sentimiento vago y permanente, que queda muy bellamente descrito en la definición que da la RAE a la palabra melancolía: una desazón vaga, profunda, sosegada y permanente, que hace que no se encuentre gusto ni diversión en nada.
A esta tristeza, invitado invasivo y non grato en nuestras vidas, intentó espantar Don Pablo en una combativa y feroz oda que si bien el llamó “a la tristeza”, rigurosamente es “contra la tristeza”. Bajo la primavera de un manzano, hago mi promesa de combate y me uno a la consigna de guerra del poeta: ¡Vade retro tristeza! ¡Aléjate melancolía! ¡pesadumbre, go home!
Oda a la tristeza
Pablo Neruda
Tristeza, escarabajo
de siete patas rotas,
huevo de telaraña,
rata descalabrada,
esqueleto de perra:
Aquí no entras.
No pasas.
Ándate.
Vuelve
al sur con tu paraguas,
vuelve
al norte con tus dientes de culebra.
Aquí vive un poeta.
La tristeza no puede
entrar por estas puertas.
Por las ventanas
entra el aire del mundo,
las rojas rosas nuevas,
las banderas bordadas
del pueblo y sus victorias.
No puedes.
Aquí no entras.
Sacude tus alas de murciélago,
yo pisaré las plumas
que caen de tu mano,
yo barreré los trozos
de tu cadáver hacia
las cuatro puntas del viento,
yo te torceré el cuello,
te coseré los ojos,
cortaré tu mortaja
y enterraré, tristeza, tus huesos roedores
bajo la primavera de un manzano.