
Respiré profundo y me di ánimo para atreverme a emprender la insolente y atrevida tarea de escribir un soneto. Aquí está el fruto de mi osadía. Aún verdes, sin pulir, sin segunda lectura me atrevo a ponerlos a la luz, para que crezcan y maduren...
CINCO SONETOS DE DESAMOR
Soneto I
Vértigo
Fueron tus ojos claros un remanso
donde mi vida ancló por accidente.
Fue tu mirada un vértigo insistente,
que me llama hacia ti, aún sin descanso.
A pesar de la calma con que avanzo
voy con certeza hacia aquel oriente
que marca tu mirada inconsecuente
y en tus ojos el éxtasis alcanzo
Tú no me quieres, dices no quererme
y huyo del gran dolor que me provocas,
pero al mirarme logras detenerme
y a fuerza de mirarme me trastocas.
Tienes mi corazón rendido, inerme,
y el clamor de tus ojos no revocas.
Soneto II
Agonía
Dices que no me amas y te duele
una posible pérdida inminente,
de este amor que inventé tan tercamente
y que ahora no logro, me consuele.
Antes que tu cariño se congele,
tu corazón de niño se arrepiente
de haberme ilusionado inútilmente
y que hoy mi corazón se te rebele.
De mi mente tu amor jamás se aleja.
Te presiento y te siento cada día.
Si tu paso en mi vida huella deja,
soñaría que fuera una alegría.
Mi corazón se muere en una queja,
mientras a ti te duele mi agonía.
Soneto III
Oración
Una palabra tuya bastaría
para hacerme feliz en esta hora;
la espero con paciencia cada día,
con vehemencia mi razón la implora.
Sueño con que me llames alma mía,
rompiendo tu renuncia abrumadora,
sueño con despertar en otra aurora,
abriendo entre tus brazos otro día.
Pido tu amor, porque sé que lo tienes,
pido tu valentía al enfrentarlo,
pido que en tu sentir te desenfrenes.
Pido que a nuestro amor no le cercenes,
pido que nunca trates de evitarlo,
pido que a este dolor no nos condenes.
Soneto IV
Despedida
Cada lágrima mía habrá engrosado
tu hermoso Paraná cariño mío
y para su caudal no habrá un estío
mientras siga llorándote mi amado.
Ya nunca bogarás sin mi a tu lado.
Ya nunca más será tu mismo río.
De su lecho hasta el último vacío,
cada lágrima mía habrá llenado.
Perdóname si invado así tu calma,
ocupando un espacio en tu recuerdo;
es el mismo que ocupas en mi alma.
Y en ese nostalgiar así me pierdo,
sabiendo que mi amor en ti no empalma;
sólo quiero olvidarte, es lo más cuerdo.
Soneto V
Reniego
Eras tan dulce, cielo, tan sencillo,
tan tibio, tan paciente, tan sereno,
que sin mayor esfuerzo te di en pleno,
mi amor sin murallones de castillo.
Ahora sin quererlo ante ti humillo
mi corazón doliente de amor lleno
que late con firmeza aquí en mi seno,
templándome el dolor con su martillo
Me amaste y me dijiste que me amabas
y mi razón no entiende tus razones
al matar el amor que en ti anidabas.
Hoy sufren nuestros tristes corazones
por tu miedo a tomar lo que te daba
y reniegan de tus abdicaciones.