Hechizo de estar viva

Me gusta poner flores en jarrones
y cocinar en ollas familiares.
Un buen café y un cigarrillo matutinos.
La Biblia abierta en el cantar de los cantares.
Amo las cartas a punto de ser enviadas
y ansío las a punto de ser recibidas.
Suspiro olor a pasto recién cortado
en la tarde de un sábado.
Añoro los juguetes de madera,
y las muñecas de trapo de mi abuela.
Me aferro a historias
que humedecen mis ojos,
mientras sonrío.
Soy irreverente ante lo que es debido
y reverente ante el amor
(aún mal habido).
Respiro a medio día en las cocinas,
con cierto dejo de lujuria.
Camino bajo la lluvia
con nostalgia de otras lluvias.
Prefiero los planos horizontales,
que invitan a vivir,
como las mesas, las camas
o el suelo en que caminas,
por sobre los planos verticales
como las murallas, rejas o portones,
que encierran, detienen, determinan;
(debo reconocer también
un cierto agrado,
por algunos planos inclinados
que se yerguen con afán de proteger
como las cordilleras y tejados).
De todas las texturas, privilegio la piel;
de las temperaturas, la tibieza;
de las consistencias, la firmeza
(reconozco cierto desliz por la blandura,
especialmente en las caricias).
Adoro las sonrisas
los abrazos apretados,
las miradas fijas.
Extrañaré por siempre
los niños en mi cama
en las mañanas de domingo.
Y pese a mi adicción
por la melancolía,
soy una enamorada empedernida,
subyugada ante el hechizo de estar viva.

domingo, abril 17, 2011

Silencio... eppur si muove

Tal vez no sea
una buena idea,
me dijiste.
Fue justo ahí
cuando empezó a gustarme.
Debo confesar
que las ideas no tan buenas,
a veces, me seducen.
No fue una buena idea
de cierto Galileo
vociferar que el mundo,
creación tan divina,
no era el centro
de todo lo que existe
y que andaba girando
como un astro cualquiera
de barrio en periferia.
Al fin, cayó en cordura
y se dio cuenta
que no por que él negara
o guardara silencio
se iba a detener
el movimiento.
Y suele sucedernos
que pensemos
que lo que no ponemos
en palabras
no estará sucediendo,
pero aunque no lo hablemos
y no queramos verlo
habrá un eppur si muove,
te lo advierto.


Laura

1 comentario:

Del alma y otras hierbas... dijo...

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